Todavía quedan aborígenes

Que todos somos iguales o deberíamos serlo es un derecho que acepto y defiendo desde muy pequeño, por haber sido criado en el respeto a las personas sea cual sea su condición social, de raza, política o física, pero eso no me va a prohibir parar las patas a todo godo listo que pretenda contar nuestra historia a su manera falseando la verdad, y lo que es peor, cuando se la descubren sueltan frases ranciosas como “En los tiempos que corren no existen razas puras ni tonterías de esas. ¿Que pretenderán con estas frases?, ¿convencernos, o que? porque aquí nadie con inteligencia cuestiona esa verdad.

Ni nadie ha escrito ni hablado de razas puras ni de tonterías de esas, lo que si he tenido claro y he defendido desde hace muchos años es el derecho de nuestro pueblo a saber toda la verdad sobre su historia, porque ya está bien de meternos el dedo en la boca. Porque la mayoría de los que llegan por ahí se creen mas listos que nosotros, cuando la mayoría, con carrera o sin ella, son unos borregos.

Hoy en estas líneas voy a exponer algunos datos con los que espero acabar con las mentiras que sueltan estos que antes mencioné, y espero aclarar también algunas verdades sobre los Hernández, los Gaspar, los Amaro y los Ventura de Vallehermoso; los Díaz de Alojera y los Felipe de Tazo.

A principio de 1600 contrae matrimonio en el barrio de Tazo Luis Hernández de Chinea natural de Chipude e hijo de Pedro Hernández y María Guancha llamada también María de Chinea, con Ana de Morales de Tazo, de este matrimonio y en cuatro de sus bisnietos surgirían los apellidos patronímicos de Gaspar, Amaro, Felipe y Ventura, el Hernández en uno de sus nietos que mantuvo el apellido y el Díaz en tres de sus bisnietos por el matrimonio de su nieta María de Chinea el 12 de Mayo de 1697 con Gaspar Díaz Borgenda natural de Ayamosna, hasta aquí todo normal pero lo aclarador para tapar algunas bocas es que entre sus antepasados encontramos a -María Guancha que fue “esclava” y casada con Lucas Francisco-; o su hija -María de la Encarnación Guancha también “esclava” y casada el 1 de Noviembre de 1682 con Juan Crisóstomo de padres desconocidos-; o su nieta -María Guancha moza libre y pobre de necesidad-; o -Antonio Francisco Chinea “esclavo” de La Soquilla, emigrado a la Habana y casado con María de la Concepción también “esclava”-; o su hijo Francisco de Sanbuenaventura Chinea del cual surgió el apellido Ventura y del que les muestro a continuación la redacción exacta de la partida de defunción de uno de sus hijos.

En el año del Señor de 1780, a 21 de Febrero fue enterrado en la Iglesia parroquial del Señor San Juan Bautista de este lugar de Vallehermoso de La Gomera, un niño párvulo llamado José María hijo legítimo de Francisco Ventura Guanche y Dominga Francisca, esclavos que fueron de Don Antonio García Salazar, presbítero y hoy son libres.

Esto puede reafirmarnos en la idea de que el pueblo gomero no fue exterminado, como nos quieren hacer creer, y que los habitantes de Vallehermoso que lleven en su nombre los apellidos citados anteriormente, pueden estar orgullosos de que por sus venas corra sangre aborigen y sería muy extraño que fuésemos los únicos, seguro que otros apellidos afincados en toda Canarias tienen igualmente algunas líneas enganchadas a nuestros antepasados “los Guanches”. Y que no nos vengan ahora con la frase, “y que mas da” , porque da y mucho, da, que somos parte de este pueblo, de esta enorme cultura que hemos aborrecido durante años, y la hemos aborrecido porque nos han hecho creer que la nuestra era otra, solamente por eso y por haberla podido recuperar, da y mucho, da que todavía quedan aborígenes caminando por La Gomera, solo que ahora visten con pantalón vaquero y llevan un móvil en el bolsillo.

Tanagua Hernández Ferrer